Grandes nevadas en los Alpes y un libro
Las borrascas que en las últimas semanas están desfilando des de Estados Unidos y Canadá, atraviesan el Atlántico hasta alcanzar el continente europeo, cargadas de humedad con frentes muy activos. Las lluvias y nevadas en las Islas Británicas son constantes y en Francia algunos ríos como el Sena están a punto de desbordarse. Estas perturbaciones cuando llegan al este de Francia se encuentran con una enorme barrera natural de 2000 a más de 3000 metros, más o menos perpendicular a la dirección de los vientos, haciendo el efecto de palanca y ayudando a un mayor desarrolo de la nubosidad que precipita enormes cantidades de nieve. Y no és una sola perturbación, és un rosario de borrascas y frentes que no hacen más que aumentar los espesores día tras día. En cotas de 1800 metros ya hay poblaciones con más de tres metros de nieve de promedio, alcanzándose muros de 5 a 8 metros, dependiendo de la influencia del viento. De hecho en el mapa de acumulaciones de nieve se puede observar el Valle de Aosta con poco más de 5 cms y en las montañas cercanas con altitudes de más de 2000 metros, espesores medios que superan los 4 metros.
El riesgo de aludes es elevadísimo, de hecho en más de la mitad de la cordillera ha alcanzado el valor máximo de 5 sobre 5.
Las imágenes que llegan de los Alpes suízos, franceses o italianos son espectaculares.
Ahora el tiempo se ha tomado una pequeña tregua, esperando más nevadas entre el jueves por la tarde y el viernes, pero la circulación de grandes borrascas atlánticas se va a interrumpir y posiblement la semana que viene, a partir de los días 31 de enero o 1 de febrero, se inicie una irrupción de aire frío que hará caer los termómetros hasta registros de riguroso invierno. Mientras tanto algunas zonas de la Península Ibèrica continuan registrando valores de más de 20º. También aquí se pueden registrar cambios importantes, el primero de ellos este mismo jueves y viernes.
Si se cumplen los pronósticos, las temperaturas bajan en nuestra zona y vuelve el invierno -estamos convencidos de que lo hará- no puedo resistirme a recomendarle un cuento, una historia, pero ante pongámonos en situación: con 16 años el escritor californiano Jack London (1876-1916), autor de novelas de aventuras como “Colmillo Blanco” o “La llamada de lo salvaje”, se embarcó en una goleta hacia Japón. Allí comenzó un período de su vida plagado de aventuras, viajes y peligros, sobre todo cuando en 1897 partió por un año a Klondike, al noroeste de Canadá, en las heladas tierras del Yukón. Fue a buscar oro y lo único que cogió fue el escorbuto. Pero las experiencias que vivió en medio de tempestades de nieve, temperaturas de 50º bajo cero y vientos huracanados las plasmó en numerosas historias. Yo le recomiendo que lea el cuento “Encender una hoguera”. La descripción del efecto de las bajas temperaturas en el cuerpo humano es extraordinariamente contundente. Curiosa e inteligente la actitud del perro que le acompaña…y la sensación que uno tiene cuando por fin enciende una hoguera y ocurre lo que ocurre…indescriptible.
Alfred Rodríguez Picó