Escápate a Tenerife

Uno de los atractivos de Tenerife, aparte de su clima, sus playas, su gastronomía y sus gentes, es que es primavera todo el año, así que hablamos del destino ideal para una escapada en cualquier época del año.

Mientras en otros lugares estamos apenas saliendo del letargo del invierno, es oler la primavera y nos vienen las ganas locas de movernos. 

Y la verdad es que, aunque sea por unos pocos días, Tenerife nos da siempre nuevos motivos para volver. 

¿Quieres solo relax?, ¡adelante!, no te acabarás los kilómetros de playa que tiene la isla, con sus paisajes, acantilados y esas arenas negras, doradas y rojas, esto sí que es un paraíso playero…así que, para gustos, los colores. 

Pero si aún y así, buscas algo más, apunta bien, porque la isla tiene planes para todos, y aquí te cuento algunos de los imprescindibles durante tu escapada.

 

¿El Teide? ¡Siéntete como en otro planeta!

Recorrer el Parque Nacional del Teide es hacer un viaje a los orígenes de la isla y prácticamente desplazarse a otro planeta. 

Simplemente impresionante, el Teide se encuentra en el corazón de la isla y es fácilmente accesible desde los cuatro puntos cardinales.

Para aquellos a los que les guste el senderismo o simplemente caminar por la naturaleza, el Parque Nacional del Teide es un auténtico paraíso.

Hazte con un mapa de senderos, elige la ruta que más se adapte a tus gustos y aptitudes físicas :) y si te atreves y te sientes súper motivado, sube al pico del Teide, no te puedes imaginar la sensación que vas a tener desde ahí arriba, ¡hay que vivirlo!

Si además durante el ascenso tienes la suerte de cruzar un mar de nubes, o lo que ahí le llaman, panza de burro, el camino ya se convierte todo en una experiencia inolvidable.

Por si no lo sabes, el llamado mar de nubes, se forma entre los 900 y 1.500 metros de altitud, y es un efecto meteorológico espectacular que se forma por la humedad que genera los vientos Alísios (así en breve, llano y poco científico..…).

Literalmente acabas atravesando ese mar a medida que caminas, y aunque veas las nubes de lejos, no te preocupes, porque paso a paso, si te acercas a la cima, las nubes van quedando atrás, y cuanto más arriba vayas, más te lucirá el sol.

Disfruta este video de un caminante que compartió los últimos pasos de su llegada a la cima y las vistas, ¿te motivas ahora?:

https://www.facebook.com/watch/?v=453000995465894

 

El pasado colonial en San Cristóbal de la Laguna

A la antigua capital de la isla le tenemos que hacerle un hueco si o si durante nuestra escapada a la isla. San Cristóbal de la Laguna es universitaria, episcopal y Patrimonio de la Humanidad así que es perfecta para caminar por sus calles, para sumergirse en su historia y belleza.

Está tan bien conservada que de pronto es como hacer un viaje al pasado, a los primeros siglos tras la conquista. Piérdete recorriendo casas señoriales, calles empedradas, antiguos palacios e iglesias y siente el peso de la historia bajo tus pasos.

 

Descúbre el Macizo de Anaga

Hablamos de un mundo paralelo bien verde y que vive en medio de la niebla y afectado por los vientos Alisios, que llegan cargados de humedad del Atlántico, y nos regalan una cara totalmente diferente al del resto de la isla y en el que los contrastes son tan brutales como rodeados de un halo mágico. 

El Macizo de Anaga y sobre todo su Bosque Encantado, es un paraíso para los senderistas. Si eres de los que disfrutan de la naturaleza no dejes de visitar esta parte de la isla, camina hasta no poder más, porque sus rutas y maravillas son inagotables.

Nada mejor para rematar el día y cargar fuerzas de nuevo, que recalar en una de sus playas salvajes de arena negra que encontrarás entre los acantilados escarpados y agrestes, como por ejemplo, la playa de Benijo.

 

La historia entre dragos y vides

La zona de la Isla Baja comprende algunos municipios situados en la zona norte y noroeste de la isla, El Tanque, Garachico, los Silos y Buenavista del Norte. 

No dejes de acércate a Icod de los Vinos, donde se encuentra un famoso árbol, que no es un árbol cualquiera, sino el Drago milenario, símbolo del municipio y de la isla de Tenerife.

El drago, es un árbol legendario que crece de forma natural en las Islas Canarias, en las de Cabo Verde y en algunas regiones del continente africano.

De su entraña sale la sangre de dragoun cicatrizante natural con propiedades para curar pequeñas heridas y cortes y que también sirve para úlceras e infecciones internas cuando se toma.

Volviendo al drago milenario de Icod de los Vinos, hay que decir que actualmente se duda que sea realmente “milenario” ya que habían incluso datado su edad en 3000 años, pero parece ser que unos estudios más recientes apuntan que sería más bien “centenario” que milenario, con una longevidad de aproximadamente 800 años.

Sea como sea, si vas a visitar la zona y te das una vuelta por el pueblo que también vale bastante la pena, acércate al drago...porque sentir la energía de este árbol, tenga 100 o 1000 años, ¡bien vale un abrazo!

Aprovecha luego para dejarte caer por uno de los locales de comidas que encontrarás cerca, y disfruta de degustaciones de vino local y queso, muy recomendables e imprescindibles al visitar Tenerife.

 

La Cueva del Viento

Ya que estás en la zona de Icod de los Vinos, vale la pena ir hasta la zona más alta y pasar por la impresionante Cueva del Viento. 

Es como viajar hasta el interior de la tierra, y si te interesa tener una mejor idea de los procesos volcánicos de la isla.

Se calcula que se formó hace 27.000 años en lavas basálticas procedentes de la primera fase eruptiva del volcán Pico Viejo, situado junto al Teide.

Este tubo volcánico, cuyo nombre se debe a las importantes corrientes de aire que se producen en su interior, es el quinto más largo del mundo con 18 kilómetros topografiados, tras los cuatro primeros que se encuentran en la isla mayor del archipiélago de Hawaii

Constituye una enorme red laberíntica de pasajes subterráneos, siendo innumerables las ramificaciones aún sin explorar que permitirán ampliar su longitud en el futuro.

¡A por un guachinche!

Tenerife, como buena isla que es, esconde pequeños rincones que bien vale la pena descubrir, y si además quieres experiencias especiales, te recomiendo preguntar e ir a la búsqueda de tesoros gastronómicos muy interesantes y alejados de los circuitos culinarios habituales de otras latitudes.   

Si o si, tienes que comer en un guachinche, las casas de comida típica canaria normalmente ubicadas en la zona norte de la isla y en casas particulares donde producen vinos y sirven comidas. 

Las comidas más típicas que se pueden degustar son de cocina familiar y básicamente tradicional como guisos caseros y más bien rotundos, como garbanzas con costillas, conejo en salmorejo, piñas de millo, bubangos (para nosotros, calabacines) rellenos, deliciosas papas arrugás con mojo verde o rojo...potaje de berros, queso asado con mojo o el famoso puchero canario. 

Es imprescindible comer en un guachinche, así que, no dejes de preguntar a los locales que te aconsejen, porque ellos ¡siempre saben más y mejor!

 

Los Gigantes

Ahora dejamos el norte y ya estamos en la parte oeste de la isla de Tenerife, pero encarados al sur ...y si, de repente es como estar en otro mundo. 

La verdad es que se trata de una zona donde por sus infraestructuras y garantía de sol, está bastante reventada turísticamente hablando, vaya que parece casi que estés en pleno Londres..pero con sol, hamacas y vistas espectaculares….

Sea como sea y aunque quizá quieras evitar este tipo de zonas, no puedes dejar de visitar Los Gigantes.

Diego Delso, delso.photo, License CC-BY-SA

Busca un buen mirador para ver las impactantes vistas de los acantilados basálticos que pueden llegar hasta unos 800 metros de altitud.

Otra opción también es evitar el gentío e intentar verlos desde el mar :) en barco o en kayak, si tienes suerte incluso puedes ver algún cetáceo de cerca.

Quitan el sentido, son impresionantes.