Tendencia a largo plazo: ¿Irá a más la inestabilidad en España?
Durante las últimas horas está siendo noticia la inestabilidad en algunas regiones de la Península Ibérica, tras un invierno que se había caracterizado hasta ahora por el dominio de las altas presiones en nuestro país. Situación que ha cambiado durante las últimas jornadas, cuando el anticiclón de las Azores se ha retirado hacia el oeste, lo que nos ha dejado la puerta abierta a frentes y borrascas atlánticas, también a la llegada de masas de aire frías.
Sin embargo, el episodio actual nos deja un sabor agridulce a muchos aficionados, ya que hasta hace pocos días los modelos meteorológicos preveían que podríamos estar ante una situación de pata negra, con nevadas casi generalizadas, aguantando la inestabilidad durante unos días. Unos mapas de ensueño, pero no contamos con una regla bien conocida por los aficionados: el todo al este, cuando la dorsal está lo suficientemente cerca para mandar los descuelgues de aire frío hacia Italia.
Pero vamos a buscarle el lado positivo. Por fin tenemos algo que mirar en los modelos. Las calmas anticiclónicas tienen su encanto por las nieblas, las heladas y las temperaturas bajísimas que se registran en algunas zonas propicias a la inversión térmica, pero ya cuando se lleva un mes así, uno empieza a aburrirse.
Durante los próximos días los espesores de niever superarán el metro en las zonas más altas de la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos. Conforme nos alejamos del norte, las nevadas serán mñas dispersas y débiles. Fuente: Weather us.
No hay que olvidar que el invierno es la época más lluviosa del año en muchas zonas, especialmente en el norte y mitad occidental, y que la ausencia de precipitaciones en los meses más inestables puede provocar a la larga problemas en lo que respecta al agua (uso doméstico, agricultura..); por lo que numerosas personas están pendientes estos días del cielo.
En estos momentos las nevadas están siendo muy importantes en la Cordillera Cantábrica y en algunos sectores de los Pirineos, debido a los vientos del norte asociados a una masa de aire polar. Gracias al mar Cantábrico, la masa de aire se humedece e inestabiliza. Sin embargo, las precipitaciones más importantes quedan muy restringidas en el entorno del Pirineo y a barlovento de la Cordillera Cantábrica.
Y es que mientras en algunas zonas de la fachada cantábrica y de los Pirineos las precipitaciones son persistentes, en el resto del país nos tenemos que conformar con los resto de lo que llega, ya que la nubosidad queda retenida en la cara norte de estos sistemas montañosos. Eso sí, al menos en esta ocasión los frentes han conseguido afectar a buena parte del país, aunque a duras penas.
De acuerdo con las previsiones a largo plazo del ECMWF, seguiremos con temperaturas mñas bajas respeto a la media para despedirnos de enero y durante los primeros días de febrero. Fuente: Copernicus EMS.
Y después de esta situación, ¿qué es lo que puede suceder a largo plazo? La atmósfera se está mostrando muy dinámica, el vortex se ha dividido, venimos de un calentamiento súbito estratosférico. Podemos esperar cualquier cosa, para bien o para mal: que se sigan sucediendo los descuelgues fríos y que nos acaben afectando de forma más general, que se imponga la circulación zonal (ponientes), o que el anticiclón nos vuelva a dar un interminable abrazo.
Con los mapas de hoy en mano, parece que se va a repetir la situación que estamos viviendo en las últimas horas. El anticiclón de las Azores intenta ascender y fusionarse con las altas de Groenlandia. Sin embargo, debido a las potentes borrascas que salen desde Terranova, esta fusión no puede producirse. Por tanto, de continuar esta situación, lo más probable es que nos sigan afectando descuelgues de aire frío procedente del noroeste, por lo que el extremo norte seguiría siendo el más beneficiado, mientras que el resto nos seguiríamos conformando con precipitaciones más débiles e irregulares.
Si se produjera esa fusión entre el anticiclón de las Azores y Groenlandia, tendríamos la puerta abierta a otras situaciones que podrían ser más generales e interesantes. De momento, las previsiones a largo del ECMWF muestran que seguiremos con temperaturas más bajas respecto al promedio en buena parte de Europa, lo que refuerza la idea de que nos seguirán afectando descuelgues fríos. Otra cosa es la precipitación, donde hay muchísima dispersión en los mapas. Pero bueno, al menos estamos entretenidos.