Atrapados en la nieve. ¿De quién es la culpa?
Hoy quiero hablar sobre uno de los temas que más están dando de hablar en nuestro país: el caos que se vivió hace pocos días en algunas carreteras españolas, como consecuencia de la importante nevada que cayó en algunas zonas del interior de la Península. Y no es la primera vez que pasa (ni será la última).
La meteorología está siendo noticia en este comienzo de 2018, aunque no por lo que debería ser, ya que las abundantes precipitaciones de los últimos días en el interior suponen un alivio a la sequía que venía padeciendo la zona; sin embargo ha acabado convirtiéndose en un encendido debate sobre la situación que se vivió en la AP-6, con miles de familias atrapadas, y por lo que vemos nadie quiere asumir su parte de responsabilidad.
En primer lugar, se hace bien patetente que hubo una descoordinación total entre la DGT y el Ministerio de Interior en la gestión del episodio, y también se puso en evidencia el mal funcionamiento del protocolo ante estas situaciones, por lo que antes que vuelva a pasar una situación similar (que la habrá), ahora sería un buen momento para revisarlo. No puede ser que el Ministro de Interior esté en un palco viendo el fútbol y que el director de la DGT siga desde su casa en Sevilla una situación que podría haber terminado con víctimas, de no ser por la magnífica intervención de la UME o de la Guardia Civil.
Coches atrapados en la AP6 siendo ayudados por la UME. Ministerio Defensa @Defensagob
En segundo lugar, no se entiende que la concesionaria de la autopista de peaje permitiera la entrada a vehículos cuando ya estaba impracticable, mostrándose una evidente descoordinación con la DGT, y ahora la pelota se la van pasando de unos a otros. Aunque sea una medida impopular, si no se puede circular por las condiciones meteorológicas adversas se cierran las autovías y autopistas y ya está, que estamos poniendo en juego la vida de personas.
Por último, los españoles tenemos una falta de cultura del riesgo y de educación ambiental que provoca que nos lancemos en muchas ocasiones a la aventura, sin estar en la mayoría de los casos preparados o sin conscientes del riesgo, sin pensar en las que consecuencias que pueden provocar nuestros actos. Nos lanzamos en tromba a la nieve sin cadenas y sin saber circular con nieve, y después pasa lo que pasa. En esta ocasión ha coincidido también con muchas personas que volvían a casas tras las fiestas. También hay personas que saliendo preparadas han sido perjudicadas o han quedado atrapados por las imprudencias de algunos.
Esta situación la podríamos ejemplificar con los jóvenes que subieron al Angliru en playeras y sin cadenas, provocando el comprensible enfado del 112 de Asturias. También me viene a la cabeza lo que vemos cada verano en nuestras playas, personas que se lanzan con bandera roja al agua. Esto no puede seguir así, ya que ponemos la vida de otras personas en riesgo por unas imprudencias perfectamente evitables.
Tuit de José Miguel Viñas @Divulgameteo
No se entiende cómo esto ha podido pasar, ya que desde hacía días tanto la AEMET como los aficionados avisaban del temporal que se nos echaba encima, y estaban activados numerosos avisos naranjas y algunos rojos por nevadas, aunque quizás los comunicadores meteorológicos deberíamos insistir más en lo que supone un determinado color en una escala de avisos.
No hay que buscar culpables: todos lo somos. Y la base de este problema, insisto con esto, está en la falta de cultura del riesgo y de educación ambiental que tenemos en nuestro país. Si estas cosas se aprendieran desde la escuela, seguro que las personas actuarían de otra manera.