Psicosis en la costa alicantina por la carabela portuguesa

Psicosis en la costa alicantina por la carabela portuguesa
Autor: Samuel Biener - Geógrafo del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante
21 de mayo, 2018

Durante los últimos días el miedo y los nervios han aparecido entre los habitantes de las localidades costeras de Alicante, debido a la llegada de la carabela portuguesa, una vieja conocida en otras zonas del país, como el Cantábrico o el Golfo de Cádiz, mientras que en Alicante se trata de toda una novedad, a pesar de tener constancia de su presencia desde, al menos, varias décadas atrás, gracias a los testimonios de los hombres que viven en el mar. Sin embargo, no hay que olvidar que hace 50 años apenas habían socorristas, turistas que avanzaran más allá de la orilla o que por aquel entonces los deportes de agua todavía no estaban de moda, sin olvidar que no existían cámaras como las de ahora que se pueden llevar al mar y a la piscina

¿Por qué en esta primavera han llegado más ejemplares a la costa alicantina de lo que es habitual? Gracias a la sucesión de borrascas y frentes atlánticos, con predominio de los vientos ábregos (SW), que hemos tenido a lo largo de marzo y abril, una importante cantidad de agua del Atlántico ha entrado al Mediterráneo vía Estrecho, arrastrando a su vez a unas molestas compañeras: las carabelas portuguesas. Con las corrientes se deplazan hacia Cerdeña y Baleares, este último formidable óbstáculo dificulta que puedan avanzar hacia el norte.

Con el cambio del viento a levante o gregal, con su consecuente cambio en las corrientes, han pasado de estar mar adentro a empezar a llegar a algunas playas alicantinas, de momento sólo han llegado ejemplares de forma aislada. Verán que no he usado la palabra medusa, como hacen bastantes medios de comunicación, puesto que la carabela portuguesa es especie monotípica de hidrozoo sifonóforo de la familia Physaliidae, de un llamativo color azulado que no pertenece a la familia de las medusas.

¿Por qué entonces tanto miedo a la carabela portuguesa? Su picadura duele, mucho, más que las de las medusas del Mediterráneo, y en casos graves (por reacción alérgico o sistema inmunitario debilitado) pueden aparecer otros síntomas como taquicardias, mareos o vómitos, y en casos muy excepcionales, la muerte. Según las estadísticas científicas, sólo se han registrado 4 muertes por picadura de carabelas portuguesas en todo el mundo en los últimos 110 años. Por eso motivo, me parece una soberana estupidez que entre los medios de comunicación se denomine a esta especie como la medusa de la muerte o la medusa letal. Para empezar, como he comentado antes, no es una medusa. Y asociarla a la muerte por 4 fallecidos en más de un siglo...Me pregunto cómo llamarán estos medios de comunicación a las avispas o a las abejas, que causan la muerte de unas 20 personas al año en España por reacciones alérgicas graves.

 

Uno de los numerosos titulares sensacionalistas que hemos visto en las últimas horas. La letal carabela portuguesa, con apenas 4 muertes en más de 100 años.

¿Tienen miedo de la carabela portuguesa? Si es así, no sigan leyendo.

La carabela portuguesa tiene una mala prensa, a pesar de que en nuestra zona es más fácil sufrir cualquier otro tipo de accidente grave en el mar a sufrir la picadura de una carabela portuguesa. En lo que respecta a la fauna marina que puebla nuestras playas, tenemos por ejemplo al conocido pez araña, que viven casi enterrados en la arena a partir de medio metro de profundidad, y que es el causante de numerosas picaduras cada año (en ocasiones hasta centenares en un mes en una sóla localidad), muy dolorosas por cierto.

Vamos más allá. En el Mediterráneo también tenemos tiburones, y muchos. Y entre estos tiburones, destaca el tiburón blanco (conocido también como lamia en nuestra zona), que también lo tenemos por aquí, aunque no lo veamos no significa que no esté. Hasta hace muy pocas décadas era habitual pescarlos a decenas en Baleares, por ejemplo. En la isla de Tabarca también era frecuente verlos, gracias a la antigua población de focas monje que había en la zona. 

Tiburón blanco pescado en Tabarca y llevado a la Lonja de Alicante, 1946. Foto de Paco Sánchez (AMA).

Las redes de arrastre y la desaparición de las focas monje en nuestra zona diezmaron la población del tiburón blanco, pero en los últimos años parece que la población está aumentando, sobre todo en las aguas de Baleares, Comunidad Valenciana y Cataluña. Les recomiendo este interesante artículo que habla sobre el tema. Como anécdota, según el MEDSAF (registro de ataques de tiburones en el Mediterráneo), de 1890 a 1999 se han producido 37 ataques de tiburón con lesiones en el Mediterráneo, de los que 19 fueron mortales.

De todas formas, no hace falta ver a un majestuoso tiburón blanco para que a cualquiera que esté en el agua se le pare el corazón. El tiburón azul (tintorera) nos suele visitar a menudo, aunque no lo veamos, y en los últimos años han mordido a varias personas en las playas mediterráneas.

Por si les parece poco, en los últimos años han detectado la presencia de una cubomedusa en el Mediterráneo, prima hermana de la avispa de mar, una de las especies más letales del planeta, con una picadura aún más peligrosa que la de la carabela portuguesa, y mucho más díficil de ver por su pequeño tamaño.

Sin embargo, solemos olvidar uno de los problemas más importantes y presentes en nuestras costas: la contaminación. En el sureste, ahora mismo tenemos el caso del Mar Menor, con unas aguas que han sufrido recientemente vertidos de productos químos que se utilizan en la agricultura intensiva del Campo de Cartagena. Esas sustancias en el agua pueden provocar reacciones alérgicas, y estamos hablando de una laguna cerrada en la que muchísima gente se baña a lo largo del año.

Carabelas portuguesas en Alicante: Alarma y sensacionalismo

A mi juicio, se ha creado una alarma injustificada en los últimos días, y más teniendo en cuenta que apenas están llegando algunos ejemplares aislados. Creo que la presión mediática ejercida por los medios de comunicación han condicionado las decisiones que se han tomado de cerrar kilómetros de playas por la presencia de un sólo ejemplar de carabela portuguesa. En el Cantábrico o en otras zonas costeras atlánticas, para que esto suceda tienen que llega en masa. ¿Cerrarán también las playas alicantinas cuando aparezcan 3 o 4 avispas?

No nos damos cuenta de la importancia que puede tener esto en la temporada turística de verano, si se sigue alimentando el miedo y la desinformación por un ejemplar de carabela portuguesa, puede ser una catástrofe para una zona cuya economía gira en torno al turismo, y que se puede ir a pique por culpa de los sensacionalismos, algo que es muy habitual entre los medios de comunicación de nuestro país.

Como hemos visto, en nuestras aguas existen otras especies que pueden ser más peligrosas que las carabelas portuguesas, y que además son más fáciles de encontrárselas. No quiero meter miedo en el cuerpo ni nada, pero hay mucha gente que cree que el mar es una piscina, cuando en realidad invadimos un medio que no es el nuestro y del que desconocemos muchas cosas, y si encima la tradición y el respeto se pierden...

Siempre hay que hacer caso a las banderas y a las indicaciones de los servicios de salvamento.

Con esto no quiero decir que hay que mirar hacia el otro lado, en absoluto. Hay que reforzar la prevención y fomentar la divulgación científica, enseñar que hay que respetar al mar, que no podemos controlar a la naturaleza. Si se ven algunos ejemplares aislados de carabela portuguesa, tendremos que ir con precaución, aunque al menos se avistan a lo lejos si está el mar en calma, gracias a su vela. En general, en el mar o en zonas de agua hay que tener prudencia para no tener percances, por tontos que parzcan. Por otra parte, si por un casual empezasen a llegar un número importante de ejemplares, prohibir el baño, como se hace ante cualquier situación de plaga de medusas. Aprendamos también de cómo afrontan estas situaciones aquellas zonas habituadas a estas molestas compañeras.

También me ha llamado la atención la falta de coordinación ante la situación de los últimos días entre municipios vecinos de Alicante, donde cada uno ha optado por un criterio, lo que contribuye a aumentar la confusión. Por tanto, ante esta situación pido prudencia, cabeza y precaución. Ni obviemos el problema, ni inventemos cosas que no son ciertas y que sólo sirven para asustar a la gente. Disfruten de nuestro maravilloso y aún (cada vez menos) salvaje Mediterráneo, pero con cuidado. No hay que tener miedo, pero si respeto.

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