Máquinas del tiempo

Máquinas del tiempo
Autor: Alfred Rodríguez Picó - Director de TAIKOMETEOROLOGIA. Meteorólogo con más de 30 años de experiencia en TV3, Catalunya Ràdio, La Vanguardia, El Periódico y otros medios, así como profesor y conferenciante con más de 1500 charlas impartidas.
26 de febrero, 2019

Por supuesto no estamos hablando de tiempo cronológico sino del meteorológico, y aquí hemos de entrar en el terreno de la ficción, aunque en más de una ocasión hemos comentado las ánsias del hombre por manipular el tiempo con fines bélicos.

¿Se imaginan una máquina enorme con botones, palancas y manivelas que pueda provocar una situación meteorológica determinada?. Una de estas máquinas la encontramos en la película de 1998 “Los Vengadores”, basada en una famosa serie británica de la década de los 60. La película no es nada del otro mundo pero la máquina y los desbarajustes meteorológicos que provoca son catastróficos. Una máquina similar pero en versión “cómic” infantil la encontramos en la entretenida historia de los pitufos “El Pitufador de lluvia”. El pitufo inventor crea una máquina del tiempo que provoca lluvia cuando hay sequía o calor cuando hace demasiado frío, pero como nunca llueve a gusto de todos, otros personajes manipulan la máquina provocando un cortocircuito que desencadena el tiempo más loco que podamos imaginar.

Si realmente existiera una máquina similar, las consecuencias serían catastróficas. Pongamos por ejemplo que queremos un anticiclón sobre nosotros: como toda la atmósfera terrestre está interconectada, provocaría un desequilibrio a escala mundial. El tiempo que está haciendo ahora mismo donde usted se encuentra tiene relación con el que está haciendo en Moscú, Vancouver o Sidney. Si nosotros alteramos artificialmente el tiempo de Barcelona, Madrid o Sevilla, alteramos el de Moscú, Vancouver o Sidney.

Parece ciencia ficción, pero lean lo que viene a continuación...¡que horror!

En la década de los 40 del siglo pasado el gobierno de los Estados Unidos inició una serie de experimentos inseminando las nubes con yoduro de plata y otras sustancias químicas para provocar lluvia artificial. Una década después los militares se dieron cuenta de la gran ventaja que tendrían si fueran capaces de controlar el tiempo en el campo de batalla. A finales de los 50 recibieron informaciones acerca de la posible modificación del tiempo por parte de los soviéticos y en 1957 concluyeron que intervenir y modificar el tiempo podría convertirse en un arma más potente que la bomba atómica. ¡Qué horror!…sigamos. El 3 de julio de 1972 el New York Times publicó un artículo, ganador del premio Pulitzer, sobre una operación llevada a cabo por la CIA y la Casa Blanca durante la guerra del Vietnam: durante siete años se había estado rociando las nubes con productos químicos sobre Vietnam, Camboya y Laos para provocar más lluvias y dejar los caminos por donde circulaban los camiones que abastecían las fuerzas enemigas completamente impracticables. Se bautizó como “Proyecto Popeye” iniciándose el 29 de septiembre de 1966 hasta el 27 de octubre.

Durante esos 29 días se realizaron 56 vuelos. Según se informó, el 85% de las nubes dieron precipitación así que la operación se prolongó hasta 1972. El gobierno americano gastó 3.600.000 dólares anuales en la operación. Por fin y ante las protestas, el Senado aprobó una resolución que obligaba al presidente Nixon a iniciar negociaciones para conseguir un tratado contra la manipulación del medio ambiente con fines bélicos...saque sus propias conclusiones.

Alfred Rodríguez Picó

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